Desplome sin contemplaciones en Bolsa de compañías fuertemente endeudadas, destacando Abengoa por encima de todas. Aunque la enorme deuda que acumulan es el nexo de unión de todas ellas, merece la pena realizar un breve resumen de la situación particular de estas compañías para tener una idea más clara de lo que está pasando.
ABENGOA
Se trata de una compañía de ingeniería y proyectos medioambientales, con gran exposición a la actividad de concesiones en diferentes países, con especial énfasis en USA. La verdad es que tiene una cartera de proyectos de más de 7.000 millones, pero el problema le viene a la hora de financiar la construcción de los mismos.
En el pasado no ha sido precisamente un dechado de transparencia, y las continuas operaciones de cotizar en Nueva York, múltiples filiales, varias clases de acciones, filiales yield, y todo tipo de actividad societaria no contribuyen precisamente a su reputación.
El problema ha venido cuando todo se ha basado en reducir deuda a nivel corporativo y posteriormente descubrirse que se ha cambiado por deuda sin recurso, todo ello a tipos muy elevados, recientemente al 7%, cuando ya sabemos cómo están los tipos para empresas más "normales". Esto desató el pánico entre los compradores de sus bonos y arrastró a las acciones, con una caída de más del 50% en 24 horas, algo pocos veces vista en una empresa del Ibex 35.
Ventas que alimentan ventas y espiral bajista perfecta. Ahora es cara o cruz, o la compañía literalmente se hunde por el peso de la deuda, o sobre estos precios es capaz de doblar su valor, no hay términos medios.
ACS , SACYR, y OHL
Lo primero que hay que decir es que pasaban por allí y por precaución han recibido lo suyo. El contagio de Abengoa es más que evidente, sobre todo en Sacyr.
Lo cierto es que los retrasos en vender la división de renovables en el caso de ACS o Testa en Sacyr, ha hecho que la deuda siga creciendo y las preocupaciones también.
No es comparable al caso de Abengoa en cuanto a volúmenes y estructura de balance, pero el miedo es libre.
No creo que la refinanciación del préstamo de Sacyr asociado a la compra de Repsol esté en peligro, y de hecho ha recuperado algo del castigo, pero el mercado empieza a exigir hechos en vez de intenciones, y esto es aplicable a ACS o a OHL.
El caso de esta última de extraño, porque ha pasado de ser la menos apalancado de las grandes constructoras a la que más ha crecido en deuda en los últimos trimestres. Las continuas compras tiene mucho que ver, y el mercado empieza a dudar de la bonanza de las últimas decisiones de Villar Mir. De todas formas su infravaloración sobre sus partes cotizadas es muy elevada, y eso debería sujetar la cotización cerca de los 21 euros.
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