El viernes cruzábamos los dedos pidiendo un buen resultado en las elecciones griegas. Ingenuamente pensábamos que si los partidos proeuro resultaban vencedores, los mercados de deuda se relajarían y la prima de riesgo descendería a niveles asumibles.
Pues bien, el resultado no pudo ser mejor, y sin embargo el lunes no pudo acabar peor, con las bolsas cayendo a plomo, la prima en máximos históricos y el bono español a 10 años claramente por encima del 7% de rentabilidad. Y con todo y con eso el BCE mirando no precisamente para Burgos, sino más bien a Berlín, y haciendo la "estatua" una semana más.
Hay quien dice que está jugando con la prima de riesgo para forzar reformas que de otra manera no se pondrían en marcha, en una peligrosa estrategia de "aprieto pero no ahogo". Sin embargo, a tenor de cómo están las cosas en los mercados financieros, más de uno opina que se nos está poniendo la cara morada, y que nos queda poco tiempo para evitar que la situación no tenga posibilidad de enmendarse.
Hoy conoceremos el comunicado del G20, hemos visto tantas cumbres y tantos comunicados que a la fuerza nos hemos vuelto escépticos, palabras y sólo palabras. ¿Será diferente esta vez? Necesitamos que lo sea.
Por ahora los mercados sin muchos cambios, esperando el resultado de la subasta de letras en España, nos tememos que tocará el 5% a un año.
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