Es de todos conocida la habilidad del presidente del Bce, Mario Draghi, para desconcertar a los mercados y confundirnos a todos. Diríamos "fastidiarnos a todos", pero claro estando los alemanes en el grupo, está claro que ellos no van a salir perjudicados, faltaría más.
Tras animarnos la semana pasada con un aparente apoyo total al proyecto euro, y dejando entrever una actuación más decidida en los mercados de deuda, hoy volvía a tener el turno de palabra. Y claro, con la expectación creada no podía fallarnos, y cumpliendo su papel, o guiado por las palabras de ayer del "amigo" alemán, nos ha sacudido en todos los morros que diría el castizo.
Básicamente, y entre palabrería y demagogia variada, se ha desdicho de sus palabras anteriores, según el malinterpretadas, y ha asegurado que compra de bonos periféricos sí, pero tras pedir el rescate vía ESM/EFSF, con las condiciones pertinentes, la prelación correspondiente y en el tiempo que se estime oportuno, o sea en términos de la UE cuando ya no valga para nada.
La reacción del Ibex ha sido fulgurante, un 5% de caída y vuelta a las andadas.
Sólo queda confiar en que la semana que viene se arrepienta y diga otra cosa, no es descartable visto lo visto. Mientras tanto a sufrir tocan.
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