martes, 18 de marzo de 2014

La jornada está marcada por los datos macroeconómicos a la espera de la FED

Seguimos a vueltas con el asunto de Crimea, que tan pronto parece olvidarse como resurge con fuerza, tal y como vimos el pasado viernes. Esta incertidumbre geopolítica está dejando a un lado los importantes datos macroeconómicos que estamos conociendo estos días.

Ayer mismo se publicó la tasa de inflación de la Eurozona, que quedó en un mínimo histórico del 0,7% anual. Veremos qué opina el BCE, ya que en octubre de 2013, fecha en que se llegó a la anterior marca del 0,8%, el BCE bajó tipos en un cuarto de punto. Ya sabéis que estos datos de crecimiento de precios tan exiguos alientan el miedo a la deflación, cuyas consecuencias os comenté en una entrada reciente.

Panorama diferente se presenta en EEUU, donde hoy comienza la primera reunión de la FED bajo el mandato de Yellen. No es previsible ningún cambio es su programa de recorte de compras de activos, aunque como es la primera vez, hay bastante expectación por escuchar el mensaje de la nueva presidenta de la Reserva Federal.

En cuanto a los datos de hoy, el Tesoro ha subastado letras a 9 y 3 meses, con ligerísimo repunte de rentabilidades, pero hasta el 0,48% y 0,204%, respectivamente. Niveles en ambos casos realmente buenos para el Estado, no tanto para el ahorrador que ve cómo, neto de gastos, el rendimiento es casi seguro negativo.

En Europa hemos conocido el índice ZEW, que marca la confianza de los empresarios, y que en Alemania ha quedado en 46,6 frente a los 56 previstos, mientras que a nivel de Eurozona, el dato ha sido 61,5 frente a 67,5 previstos. Mal dato.

Para acabar un apunte sobre China, ese país que por una cosa u otra está todos los días presente en las agencias de información, aunque no precisamente por la transparencia de la misma. En este caso, vuelven a aparecer comentarios sobre otra quiebra en China. Sí, ya se que vaya noticia de nada, pero resulta que hasta hace un par de semanas estas cosas se lavaban en casa, y se tapaban vaya usted a saber cómo. Seguro que alguna boca se cerraba para siempre. Pero ahora las cosas han cambiado, y que no pueden pagar, pues ¡ala!, a quebrar como buen neocapitalista, y los acreedores, pues a ya sabemos qué.

Y claro, más de uno piensa que con el oscurantismo que hay allí, esto de las quiebras no ha hecho más que empezar, ya que la burbuja de crédito que tienen allí es de traca. Otro lío para los próximos meses.

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