
Siempre se ha considerado que las acciones que cotizan por debajo de un euro pertenecen al grupo de los "chicharros", coloquial expresión bursátil que engloba a valores pequeños, especulativos y que conlleva un componente negativo bastante importante.
Se trata de un mero condicionamiento psicológico, porque la entidad sigue siendo la misma, y la capitalización bursátil permanece constante, se divide entre 5 el número de acciones y se multiplica por 5 su precio unitario, pero tiene su importancia de cara a la imagen ante los inversores, principalmente extranjeros, y el banco lo sabe.
Paradojas del destino, recuerdo que en su momento los títulos del Banco de Castilla, filial del Popular en aquel entonces, cotizaban a más de 50.000 pesetas, y eran el valor más caro de la Bolsa española en cuanto a valor absoluto de una acción se refiere. Bastantes años más tarde la propia matriz debe hacer un contrasplit porque sus acciones valen menos de 100 pesetas de las de antes.
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