viernes, 24 de mayo de 2013

Ejemplo de diversificación y construcción de cartera con fondos mixtos flexibles

Siguiendo en la línea de anteriores entradas, hoy nos vamos a centrar en cómo mejorar la asignación de activos en una cartera compuesta por fondos mixtos flexibles.

Para este ejercicio práctico no nos vamos a fijar en el riesgo del cliente y si la cartera resultante resultaría apropiada para el. Lo que queremos comprobar es si la combinación de varios fondos de la misma categoría  ofrecen un valor añadido, en rentabilidad o en riesgo o, por el contrario, me lo reducen.

Para ello vamos a utilizar tres fondos, seleccionados de entre los muchos que conforman esta categoría, y estudiaremos la mejor manera de combinarlos.

Los fondos que vamos a usar son el Carmignac Patrimoine, el BNY Mellon Global Real Return y el Invesco Balanced Risk Allocation. Los hemos elegido por sus resultados históricos y porque su forma de establecer su "asset allocation" y de seleccionar los activos en cartera tienen importantes diferencias.

Podemos comprobar en esta tabla que la correlación entre ellos es bastante alta (algo lógico pues pertenecen a la misma categoría de fondos), pero no es perfecta.



Esto nos da una pista. Al no tener una correlación perfecta, parece posible que una combinación de los tres nos de como resultado una cartera con una mejor rentabilidad-riesgo.



Lo primero que observamos es que una simple combinación con pesos iguales de cada uno de los fondos ya nos ofrece un resultado interesante. La rentabilidad queda en la media ponderada de las rentabilidades de cada uno pero la volatilidad, al tener en cuenta la descorrelación relativa entre ellos, se queda significativamente por debajo, incluso, de la del menor de los tres.

Además, si nos fijamos en la caída máxima en los momentos complicados, también disminuye sensiblemente.


A partir de aquí, lo que nos toca es ir probando diferentes combinaciones y ver como varía la caída máxima, la rentabilidad a 3Y (tres años) y, sobre todo (porque es donde aplica la descorrelación), la volatilidad a tres años y decidir qué es lo más importante para nosotros (fijar una determinada volatilidad y ver que rentabilidad se habría obtenido o buscar una rentabilidad y ver que volatilidad habríamos tenido que asumir para conseguirla).

Por ejemplo, si hacemos una cartera Carmignac 25%, Invesco 50% y BNY Mellon 25%, obtenemos:


Con una rentabilidad anualizada a 3Y del 8,20% y una volatilidad a 3y de 5,18.

Como veis, la parte más difícil  empieza aquí, cuando se trata de encontrar la combinación apropiada para el riesgo de cada cliente, un reto complicado pero apasionante.

0 comentarios:

Publicar un comentario