En junio del año pasado os hacía referencia en este blog a los problemas por los que atravesaba La Seda de Barcelona.
Posteriormente la empresa fue suspendida de contratación y ha intentado salir del concurso de acreedores pero al final no ha sido posible. Extraña que desde un principio sus responsables hayan optado por la liquidación voluntaria, lo que me lleva a ser malpensado y concluir que todo esto huele realmente mal.
Desde siempre las irregularidades han sido la tónica habitual en esta compañía. El compadreo entre los socios portugueses y la dirección ha supuesto una auténtica ruina para los minoritarios. Hay varias querellas interpuestas pero me temo que de nada va a servir.
Ahora es posible que pretendan quedarse con partes de la empresa a precios de risa en un acto final de desfachatez. Veremos si el juzgado está atento a las pujas que se presenten.
En cuanto a lo que nos importa, o sea los minoritarios, poco bueno cabe esperar. La suspensión va para largo, de hecho no creo que vuelva a cotizar nunca más, ya que la empresa va a desaparecer.
Mientras se resuelva el proceso de liquidación poco se puede hacer, salvo, como ya coménte en este blog aprovechar fiscalmente las pérdidas.
En lo que respecta a recuperar el dinero, la verdad es que hay que salvo que la vía judicial arroje algún resultado positivo, la liquidación no creo que suponga un alivio significativo. Lo que se hace es vender todo lo vendible y con el dinero obtenido ir pagando a los acreedores en el orden que marcan las normas de prelación de créditos, y si sobra algo, se reparte entre los accionistas.
Los datos que aportan arrojan un activo de 624.2 millones de euros y unos pasivos de 736,10 millones, por lo que hay un desfase patrimonial de 111,8 millones de euros. Teóricamente, los accionistas lo perderían todo y quedarían sin atender 111,8 millones de euros de deudas. Y digo teóricamente por poner la nota positiva, ya que si se logran vender activos por encima de su valor contable, lo que en el caso de fábricas y demás es plausible, ese desfase podría cubrirse y quedar algo para los accionistas.
Por prudencia, yo lo daría todo por perdido pero me quedaría esa esperanza de que las ventas se hagan a buenos precios. Eso sí, como los compradores sean los socios actuales vamos listos.
Posteriormente la empresa fue suspendida de contratación y ha intentado salir del concurso de acreedores pero al final no ha sido posible. Extraña que desde un principio sus responsables hayan optado por la liquidación voluntaria, lo que me lleva a ser malpensado y concluir que todo esto huele realmente mal.
Desde siempre las irregularidades han sido la tónica habitual en esta compañía. El compadreo entre los socios portugueses y la dirección ha supuesto una auténtica ruina para los minoritarios. Hay varias querellas interpuestas pero me temo que de nada va a servir.
Ahora es posible que pretendan quedarse con partes de la empresa a precios de risa en un acto final de desfachatez. Veremos si el juzgado está atento a las pujas que se presenten.
En cuanto a lo que nos importa, o sea los minoritarios, poco bueno cabe esperar. La suspensión va para largo, de hecho no creo que vuelva a cotizar nunca más, ya que la empresa va a desaparecer.
Mientras se resuelva el proceso de liquidación poco se puede hacer, salvo, como ya coménte en este blog aprovechar fiscalmente las pérdidas.
En lo que respecta a recuperar el dinero, la verdad es que hay que salvo que la vía judicial arroje algún resultado positivo, la liquidación no creo que suponga un alivio significativo. Lo que se hace es vender todo lo vendible y con el dinero obtenido ir pagando a los acreedores en el orden que marcan las normas de prelación de créditos, y si sobra algo, se reparte entre los accionistas.
Los datos que aportan arrojan un activo de 624.2 millones de euros y unos pasivos de 736,10 millones, por lo que hay un desfase patrimonial de 111,8 millones de euros. Teóricamente, los accionistas lo perderían todo y quedarían sin atender 111,8 millones de euros de deudas. Y digo teóricamente por poner la nota positiva, ya que si se logran vender activos por encima de su valor contable, lo que en el caso de fábricas y demás es plausible, ese desfase podría cubrirse y quedar algo para los accionistas.
Por prudencia, yo lo daría todo por perdido pero me quedaría esa esperanza de que las ventas se hagan a buenos precios. Eso sí, como los compradores sean los socios actuales vamos listos.