La Bolsa española ha tenido un arranque espectacular en 2014, con ganancias muy superiores a las conseguidas por otros mercados europeos. Estas ganancias, alcanzan a estas horas el 3,60% en apenas una semana de negociación.
Y eso si nos ceñimos al Ibex 35, porque si nos fijamos en algunos de sus componentes, las subidas son de dos dígitos, ni más ni menos.
Frente a esto nos encontramos con un panorama radicalmente diferente en lo que a tipos de interés se refiere. La continua bajada de la prima de riesgo, algo evidentemente positivo para el conjunto de la economía, junto con la desaparición de los depósitos bancarios primados, ha supuesto un más que evidente quebradero de cabeza para los ahorradores.
Ayer mismo, por primera vez en la historia, en bono español a dos años bajó del 1% su rentabilidad anual. En la misma línea el bono a 10 años renta menos del 3,8% al año , y la subasta de la referencia a 5 años se saldó con una rentabilidad inferior al 2,50%.
Nos encontramos que la Bolsa ha ganado en una semana lo que no ganamos estando 2 años en un depósito a plazo o 2 años largos en un bono del Estado a ese plazo. La tentación es inmediata, y se nota porque son bastantes los ahorradores que preguntan por la renta variable, o incluso realizan compras bien directamente o a través de fondos de inversión.
Evidentemente no hay nada de malo en esta actuación, incluso me parece correcta. La aversión al riesgo se había disparado en los últimos años y la renta variable estaba claramente infraponderada en las carteras de casi todos los inversores. Pero no voy a negar que hay algunos aspectos que me preocupan.
Bien sabemos eso de la teoría de la opinión contraria, o la anécdota de aquel megamillonario que cuando su chofer le hablaba de lo bien que iba la Bolsa él vendía como loco porque el batacazo era inminente. Hoy en día el optimismo sobre los mercados alcanza cotas elevadísimas, reforzándose cada día por la propia evolución de los mercados. Y llega un punto en el que el cruel mercado va a exigir su tributo, y lo hará cuando menos se espere, y por la razón más peregrina.
Una corrección será normal y asumible, pero os aseguro que los últimos que han entrado verán flojear sus piernas y su optimismo a la misma velocidad que lo hace su cartera. Nadie debe asumir más riesgos que los que es capaz de tolerar. Quien lleva años en esto ya sabe de lo que hablo, y cómo se las gasta el mercado. Todos tenemos "cicatrices" para recordarnos que el riesgo está ahí.
En conclusión, la rentabilidad libre de riesgo está próxima a cero, alargar duración en los vencimientos para logar un tipo de interés mayor nos lleva a asumir un creciente riesgo de tipos de interés, y la renta variable es una buena opción pero puede dar disgustos si no la adecuamos a nuestro perfil de riesgo.
Un panorama complicado, pero ¡cuándo no lo es!.
0 comentarios:
Publicar un comentario