Hace varios meses hablaba en este blog de los peligros de los "chiringuitos financieros". En este mismo sentido, en otro artículo alertaba de la publicidad de algunas empresas dedicadas a la inversión, y de los riesgos que entraña operar en ciertos mercados.
De entonces hasta ahora poco han cambiado las cosas y, si lo han hecho, ha sido claramente a peor. En un entorno de tipos de interés cercanos a cero, los ahorradores pueden verse seducidos por los cantos de sirena de auténticos vendedores de crecepelo que nos aturullan con altas rentabilidades, asombrosas, en apenas semanas.
A diferencia de los charlatanes de película, la consecuencia no es seguir luciendo una lustrosa calva, sino perder una buena parte de los ahorros que tanto esfuerzo nos ha costado ganar.
Mucho ojo, pues, con todo este tipo de reclamos, nadie da duros a cuatro pesetas y sólo debemos dejarnos asesorar por profesionales acreditados e inscritos en la CNMV. A más alta rentabilidad, mayor riesgo, no hay vuelta de hoja, así que no caigamos en tentaciones que siempre acaban siendo un desastre.
En este sentido os recomiendo que leáis un artículo que ha escrito Moisés Romero sobre este tema y que podéis consultar aquí.
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