miércoles, 21 de enero de 2015

En vísperas del día "D" o, mejor, del día "QE"

Parecía que no iba a llegar nunca pero apenas faltan 24 horas para que el señor Mario Draghi haga honor a su apelativo de "Supermario" y anuncie el inicio de un programa  europeo de compra de deuda soberana (Quantitative Easing o QE).
Tras la actuación del Banco Central de Suiza retirando de forma sorprendente la barrera de tipo de cambio fijo entre su moneda y el euro, para no verse desbordado por el BCE, pocos dudan de que mañana se va a anunciar el comienzo de las compras de deuda soberana y corporativa por parte del Banco Central Europeo.
Ahora bien, dos cosas fundamentales nos importan como inversores y como ciudadanos, esto es, si va a servir para algo y qué consecuencias puede tener.

1º  Eficacia

En este punto quizá lo primordial es darnos cuenta que en Europa todo se hace despacio, muy despacio, y la toma de decisiones económicas más aún, dado que cada cual barre para su casa, y ya sabemos que como en el cuento de los tres cerditos, hay casas de paja, de barro, y alguna de cemento armado.

Pues bien, en esto del QE llevamos años de retraso con respecto a los Estados Unidos, donde fue eficaz, y algo menos con respecto a Japón, donde la cosa no parece que va por buen camino.
De ahí que haya dudas sobre la eficacia de este programa en el momento actual. Claramente persigue mantener en niveles bajos los tipos de interés, para que así la carga de intereses sea menor, el consumo aumente, los bancos presten porque de lo contrario su dinero no genera rentabilidad, y al final aumente la inflación hasta cerca del 2%, objetivo fundamental del BCE.

Todo ello supone incrementar el balance del BCE, pero nada de a la manera USA, sino simplemente volviendo a los niveles de 2012, cuando aplicó las famosas LTRO. Desde entonces entre amortizaciones de deuda, cupones cobrados, y devoluciones de los bancos, el balance ha ido disminuyendo.

Pero resulta que los tipos ya están no bajos, sino por los suelos, de hecho se están dando situaciones que son totalmente ilógicas, como que el euribor a mes haya entrado en terreno negativo, lo mismo que los tipos a diversos plazos, incluyendo el 10 años el algunos casos. La teoría económica de mis libros de la universidad ni contemplaba este escenario, así que me temo que las consecuencias a medio plazo estén por descubrir.

También será crucial escuchar la letra pequeña, los detalles de este plan (tamaño, plazo, limitaciones de rating, importes por país...), y es aquí donde cualquier pequeña desviación sobre el discurso esperado por los mercados puede suponer una decepción y el consiguiente batacazo.

2º  Impacto en los diferentes activos

  • Un programa de este tipo mantiene los tipos de interés muy bajos por lo que se espera que los precios de la renta fija den otro pequeño tirón, pero recordemos dónde están y que el recorrido adicional de los tipos a la baja es reducido. Por tanto, la renta fija se beneficia, pero marginalmente dado el punto de partida.
  • En divisas supondrá presión a la baja para el euro, ya que indirectamente también se busca debilitar la divisa y favorecer las exportaciones, como bien han hecho estos años atrás los norteamericanos. Como en el caso de la renta fija, solo la posibilidad de que el QE se aprobara ya ha debilitado al euro de forma considerable.
  • Y nos queda la renta variable, que a tenor de lo visto en Japón y Estados Unidos, es el gran beneficiado de esta historia, al verse las valoraciones favorecidas por un entorno de tipos muy bajo. Además, se supone que la economía mejorará de la mano del consumo, por lo que los beneficios crecerán. Esto no quiere decir que se apruebe y a subir como un cohete, incluso podría haber cierta decepción e inicialmente caer o hacer un techo de corto plazo, pero a medio plazo está claro que la Bolsa va a ser un destino a tener en cuenta.

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