El Ibex 35 ha subido un 0.72% a pesar del sombrío panorama con el que empezaba la sesión. Por una parte todo el mundo temía la reacción de los mercados al "sequester" norteamericano, por otro lado pesaba el desplome de la bolsa china tras las restricciones al mercado inmobiliario y su efecto en las materias primas, y por último, ya a nivel doméstico, el "terremoto" desatado tras el escándalo de Pescanova.
Sin embargo, ninguna de las amenazas anteriores ha conseguido amilanar al Ibex 35, impulsado por Telefónica y Repsol. La operadora ha recibido varias recomendaciones positivas, que si bien no otorgan casi potencial al valor, sí coinciden en que lo peor ha podido quedar atrás en lo referente a deuda y negocio en España. Pos su parte, Repsol ha anunciado la venta al fondo soberano de Singapur, Temasek, el 5% de acciones que mantenía en autocartera. A pesar de que supone pérdidas, es una entrada de un socio estable y más de 1.000 millones de euros de caja. Muy buena noticia.
Estos han sido los protagonistas positivos del día, porque negativos los ha habido y de qué manera. En primer lugar las siderometalúrgicas, con Mittal Steel a la cabeza, pasando por compañías como Indra, ACS, Cementos Portland, CAF... y sobre todo Pescanova.
Lo de esta compañía, y con la poco información que tenemos, es de auténtico escándalo. Una empresa líder en un sector defensivo, con los parabienes de todo el mundo, y sin el menor atisbo de problemas, anuncia de buenas a primeras que se acoge a pre-concurso de acreedores, vamos que suspende pagos.
A mí, al menos se me ha quedado una cara que no os cuento, porque la verdad es que la consideraba una buena opción entre las pequeñas compañías. Ahora soy incapaz de emitir un juicio, ante la falta de aclaraciones por la compañía, lo que no le ha sucedido a la CNMV, que de buenas a primeras ha levantado la suspensión del valor. Y claro, 60% de bajada y porque no han puesto un rango mayor, al final 81.691 títulos negociados y más de un millón y medio a la venta por lo mejor. Un auténtico despropósito por parte del regulador que no tiene ningún sentido. Hasta que se sepa algo en claro, la cotización debería estar suspendida.
Mañana más de lo mismo, papelón y tentetieso, pero algo valdrá digo yo, aunque ya no me creo nada. Evidentemente cuando todo se aclare habrá que pedir responsabilidades a los gestores por semejante ruina. Seguiré atentamente este asunto ante la gravedad del mismo, ya que extiende una sombra de duda sobre las empresas cotizadas, fundamentalmente las pequeñas y medianas, tremendamente lesivo para sus accionistas.
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