En un día relativamente tranquilo como el de hoy, lo más relevante ha sido la coincidencia en las previsiones que se desprenden de varios análisis macroeconómicos que me han llegado durante la mañana.
No es fácil que firmas como Pictet, Bankinter, o Amundi publiquen a la vez su escenario de cara al verano, y menos aún que coincidan básicamente en su conclusión, esto es reducir la exposición al riesgo, tanto en acciones como en bonos.
El posible fin de los estímulos monetarios vía QE3, la parálisis del BCE condicionado por las elecciones alemanas, y el fin de la euforia desatada por el Banco de Japón, han provocado un aumneto de los temores de los analistas de cara al corto plazo.
Es importante que se trata de ajustes tácticos, de corto plazo, ya que la visión general sigue siendo positiva, pero en todos los casos se recomienda reducir exposición a renta variable y a bonos periféricos.
Esto puede ser fácil en mercados que llevan un gran año, como el americano, pero de cara a nuestro Ibex, luchando por no entrar en negativo, la decisión es más difícil de ejecutar.
Otro aspecto que ha tenido una fuerte repercusión ha sido el fuerte repunte de las rentabilidades de los bonos a largo plazo, seguido de una fuerte corrección de las Bolsas. Esta correlación positiva entre ambos fenómenos, junto con la caída de las materias primas ha desatado una tormenta perfecta bajista, que ha afectado de forma muy notable a numerosos fondos de inversión.
Estos retrocesos pueden alimentar más aún la aversión al riesgo de los clientes y forzar una mayor bajada de los activos de riesgo en carteras, con el consiguiente proceso de ventas.
Si bien es cierto que se trata de un escenario plausible, y más de cara al verano, nosotros también consideramos que la falta de alternativas de inversión volverá a reorientar los flujos de inversión hacia los activos de riesgo. Permanecer en liquidez es un aposición cómoda pero difícil de aguantar a tipos cercanos a cero.
Por tanto prudencia sí, pero sin dejarnos llevar, sobre todo si invertimos en fondos, por movimientos y correcciones de corto plazo. Estos movimientos han sucedido otras veces sin que haya significado la vuelta de los mercados bajistas, y por otra parte, el intentar hacer trading para aprovechar estas caidas es una táctica cuando menos arriesgada, muchas veces somos incapaces de incorporarnos al siguiente movimiento de los mercados. En este tipo de productos nuestra visión debe ser invertir a medio-largo plazo, máxime cuando en el proceso de selección de los fondos hayamos sido convenientemente asesoradas y hayamos elegido productos con contrastada trayectoria durante estos años de crisis.
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