Se agolpan los problemas para la banca española, que ve cómo se complica de nuevo su salida de la crisis tras los recientes acontecimientos tanto en España como en otros países.
Que de claro que en esta entrada me voy a poner en la piel del inversor en acciones de bancos españoles, no hablando en términos de cliente de estas entidades o como mero ciudadano. Lo digo porque una de las noticias más importantes de estos día hace referencia a las famosas claúsulas suelo de las hipotecas, aquéllas por las que se fija un interés mínimo a pagar con independencia de que la referencia, el euribor normalmente, se encuentre por debajo.
Este tipo de claúsulas han sido duramente criticadas ya que en muchas ocasiones eran impuestas por los bancos y no tenían ningún beneficio para el cliente ( normalmente suelo elevado sí, pero techo en las nubes).
La reciente sentencia del Supremo en contra de esta práctica ha provocado que entidades como Cajamar y el BBVA hayan anunciado la anulación general de la misma en todas sus hipotecas. Es previsible que el conjunto del sistema bancario siga este camino, con el consiguiente alivio para los titulares de este tipo de hipotecas.
Sin embargo, lo que es bueno para unos no lo es para otros, las entidades financieras en este caso, que ven cómo el impacto de esta medida va a ser significativo. En el caso del BBVA ya lo ha cuantificado en unos 35 millones de euros solo en Junio, lo que supone unos 400 millones al año de menor beneficio.
Cada banco en su medida sufrirá en su cuenta de resultados en justo fin de esta práctica, lo que incidirá en su valoración bursátil. De hecho hoy de nuevo sufren fuertes caídas, retrocediendo más que el Ibex 35.
Por si fuera poco alguna de ellas, como el Santander, ha sufrido drásticos recortes en su recomendación, con bajada del precio objetivo desde casi 6 euros hasta poco más de 4 euros, en opinión de JP Morgan. Otros como Berenger son aún más pesimistas y han colocado la valoración teórica del banco cántabro en 3,95 euros, con posibilidad de bajarla mucho más si sigue la situación actual de crisis. Una crisis que empieza a golpear con fuerza a países como Brasil, donde el banco tiene grandes intereses.
Claro que su rival BBVA tiene su propio calvario con la situación en Turquía, donde las revueltas causan gran incertidumbre sobre la estabilidad del país. Os recuerdo que el BBVA compró parte del Garanti turco, a un precio más que notable porque era uno de los futuros motores del grupo. Poco hemos sabido desde entonces.
De cara a los inversores parece que el panorama en los bancos nacionales va a seguir complicado, tal y como reconoció Angel Ron del Popular, confirmando que probablemente revisará a la baja las previsiones para este año. Como nota positiva, los datos macro que apuntan a una incipiente recuperación de la economía, tal y como nos muestra hoy la portada del periódico Expansión. Esto beneficiará a todos, accionistas de los bancos incluidos.
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