lunes, 22 de abril de 2013

Dejar caer a los bancos, mucha demagogia y poco realismo

Solo hay una cosa que tengo clara cuando me preguntan por la situación económica y su posible solución, y es que arreglar este embrollo es realmente muy complicado.
Es cierto que el malestar y el cabreo se han extendido por toda la sociedad, y no falta razón para ello, pero el enfado no es buen compañero de viaje a la hora de proponer soluciones.

Hay mucha demagogia y poco sentido común en muchas de las "recetas" que se aportan desde variados ámbitos, incluyendo determinados partidos políticos. Una de las más comunes es la que aboga por dejar caer a los bancos en vez de inyectarles dinero público. Reconozco que la opción de dejarles quebrar es a priori la más justa. Lo mismo que le sucedería a cualquier empresa con problemas, suspensión de pagos, liquidación y listo, sin agravios comparativos con el resto de empresas del país.

Esta solución me parecía aceptable para casos como Banco de Valencia, entidades de pequeño tamaño, sin riesgo de contagio al resto del sector, y que pudieran servir como escarmiento de comportamientos realmente deplorables por parte de sus gestores. Sin embargo, para mi sorpresa, la decisión fue sanear con dinero público y luego vender por un euro.

Y ya me quedé perplejo, por ignorante tengo que reconocer, cuando el Frob y la UE determinó que su coste de liquidación habría sido superior a los fondos inyectados para mantenerlo a flote. A raíz de estos datos empecé a dudar de lo conveniente de dejar caer un banco, y sobre todo comencé a darme cuenta de los costes que acarrea, sin tener siquiera en cuenta las posibles repercusiones en el resto del sector.

Pues bien, la semana pasada, coincidiendo con el anuncio del contrasplit de Bankia, el Frob publicó la cifra que habría supuesto su liquidación de esta entidad, 64.000 millones de euros. Hay que recordar que Bankia va a necesitar unos 20.000 millones en dinero público para que sea viable.

Ante estas cifras, de las que no tengo por qué dudar ya que han sido avaladas por la UE habida cuenta de que ellos nos prestaron el dinero para recapitalizar la entidad, más de uno debería reflexionar cuando pide alegremente dejar quebrar a los bancos.

Se nos olvida que los desmanes en estas entidades han sido de tal calibre, que muy posiblemente los depositantes perderían todo el dinero de sus ahorros, por lo por ley a los de menos de 100.000 euros habría que compensarles con dinero público, ya que el Fondo de Garantía de Depósitos no podría hacer frente a tales importes. Y para los importes superiores, si con lo de Chipre se ha montado la marimorena, imaginad que una medida así se diera en España, el pánico sería total y la totalidad del sistema financiero colapsaría, y creedme, esto no es bueno, el desastre sería total.

Lo que no se puede es abogar por la total seguridad de cualquier depósito bancario, y luego decir que hay que dejar caer a los bancos en problemas, como si esto último no fuera a suponer coste alguno para las arcas públicas. Esto es hablar por hablar, al menos en mi modesta opinión. Queda muy bien ante parte de la opinión pública pero es totalmente incoherente.

Lamentablemente los bancos no son empresas normales, son depositarios de nuestros ahorros, y su liquidación es cualquier cosa menos sencilla o barata. Cosa muy diferente es la responsabilidad de sus gestores, este es un asunto totalmente distinto, aquí debemos ser inflexibles y actuar con la máxima dureza que permita la ley, mientras esto no suceda y se dé sensación de impunidad, no habrá habido una salida justa al problema de los bancos. Mientras tanto me temo que inyectar dinero público es hoy por hoy la solución más barata, que no significa que sea necesariamente la más justa.

1 comentarios:

  1. Mientras tanto me temo que inyectar dinero público es hoy por hoy la solución más barata, que no significa que sea necesariamente la más justa.

    Seguro?

    ResponderEliminar