La publicación del dato de PIB de china en el pasado trimestre ha decepcionado a los marcados, al alcanzar el 7,7%, por debajo del 8% esperado. Aunque nos resulte chocante que semejantes niveles de crecimiento puedan ser mal recibidos, sobre todo si lo comparamos con la situación europea, lo cierto es que China necesita crecer a esos niveles para mantener su estatus económico.
De ahí que crecimientos inferiores al 8% despierten el temor entre los inversores, que dudan de que el gigante asiático pueda seguir demandando materias primas al ritmo actual, y que su consumo interno se resienta. En lo mercados el reflejo es claro entre las empresas mineras, metalúrgicas y los mercados de materias primas.
Las caídas son muy importantes en las principales empresas cotizadas de estos sectores, con Mittal Steel como claro ejemplo. Lo mismo sucede en los mercados de materias primas, donde las caídas del oro y la plata están siendo muy pronunciadas. De hecho, el oro cotiza a 1440 dólares por onza, cuando el viernes cerró a 1.500 dólares. Estos niveles se encuentran por debajo de los mínimos de 2011, y ha provocado un importante quebranto a muchos inversores que se habían refugiado en el oro ante las turbulencias financieras de los últimos meses.
Poco a poco el contagio se ha generalizado al resto de valores, y el Ibex se deja un 1% hasta los 7.900 puntos, destacando el descenso de los bancos. Las nuevas dudas sobre la recapitalización futura de las entidades en problemas, y las trabas que desde Alemania se ponen a la unión bancaria, afectan y de qué manera a las entidades financieras cotizadas.
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