martes, 30 de abril de 2013

Un ejemplo práctico del valor de la diversificación

Hoy vamos a repasar algo que todos conocemos pero que, muchas veces, no ponemos en práctica.

Todos hemos oído en infinidad de ocasiones que la mejor forma de reducir el riesgo de una inversión es mediante la diversificación. Si tenemos diferentes clases de activos, de diferentes zonas geográficas, en diferentes divisas y gestionados por equipos también diferentes, parece lógico que, en el caso de que suceda algo sorpresivo y negativo en los mercados financieros, no va a afectar a todas nuestras posiciones por igual.

Sabiendo esto, ¿por qué luego sucede esa sacudida y nos pilla?, ¿qué hemos hecho mal? Probablemente lo que nos ha pasado es que nos hemos centrado en los activos que creíamos que iban a ir mejor, a ser más rentables, y nos hemos olvidado de tener otros activos descorrelacionados con ellos que nos sirvan de reductores de riesgo.

Solemos ver a los reductores de riesgo tan solo como reductores de rentabilidad, cuando de hecho son los que nos van a permitir que los shocks no nos dejen fuera y, a medio-largo plazo obtengamos buenos rendimientos.

Vamos con un ejemplo, que siempre son más ilustrativos. En esta ocasión he elegido dos fondos que invierten en el mismo tipo de activo, la volatilidad. El Allianz Volatility Strategy y el  Amundi Volatility Euro Equities.

Allianz Volatility Strategy

Este fondo lo que hace es vender protección (el vende protección contra la volatilidad y otros le pagan por ello), pudiendo no hacerlo cuando considera que la volatilidad va a subir mucho de golpe.


Amundi Volatility Euro Equities

Este fondo se dedica a comprar o vender volatilidad dependiendo de como se encuentre el nivel de volatilidad con respecto a su media (si la volatilidad está muy baja con respecto a su media, compra volatilidad porque supone que esta va a subir y si está muy alta, la vende previendo que baje).



Ambas estrategias funcionan bien a medio y largo plazo y aportan bastante valor a cualquier cartera.

El fondo de Allianz tiene una volatilidad a tres años del 5,25% y un Sharpe de 0,93, mientras que el de Amundi tiene una volatilidad del 5,27% y un Sharpe de 0,37.

Un inversor podría hacer un análisis rápido de los fondos y decidir incorporar a su cartera uno de ellos. En principio sería una buena decisión pues incluye una nueva fuente de rendimiento en su cartera (la volatilidad), menos correlacionada con otros activos y más "defensiva".

De lo que el inversor igual no se ha dado cuenta es de que si, en vez de incorporar uno de los fondos, incorpora los dos a partes iguales, el efecto tiene mucho mayor valor añadido. La combinación de los dos me produce una cartera con un Sharpe algo menor 0,84, pero con una volatilidad del 3,81%.

Como podéis observar, la línea verde sufre mucho menos en los shocks de mercado y se apunta a las subidas cuando el mercado se tranquiliza.

Nos demuestra lo que ya sabíamos, si elegimos dos activos buenos y además entre ellos tienen una cierta descorrelación, combinados me ofrecen un extra muy interesante para la cartera.

Si os parece interesante, en posteriores post podemos repetir este ejercicio con otra clase de activos (renta fija, mixtos, variable, etc).

Espero vuestros comentarios.

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