Si ya el tema de Bankia es en sí mismo un escándalo considerable, hay ciertas cuestiones que sobrepasan esa categoría y entran en terreno de lo paranormal.
Uno de los casos más sangrantes hace referencia a las devoluciones de los bonus de 2011 cobrados por un grupo de directivos. El hecho en sí de cobrar un premio por el ejercicio 2011 supone la madre de todas las contradicciones, ya que todos sabemos como fue la entidad, lo que perdió, y lo que nos va a costar a todos evitar su quiebra.
Afortunadamente, y en un acto de cordura y justicia, el actual responsable de la entidad, el señor Goirigolzarri, decidió imponer la devolución de esas cantidades. Estamos hablando de unos 90.000 euros de media por titular, tal y como se informa en la noticia publicada por el El Economista: Bankia concederá facilidades a sus 72 directivos para devolver el bonus. Efectivamente, no es pecata minuta pero no deja de ser un 30% del sueldo íntegro de los directivos, cifrado en unos 300.000 euros de media.
Desafortunadamente, lo que podría haber sido una decisión responsable y que ayudara a lavar mínimamente la imagen de la entidad, se ha convertido en algo totalmente rocambolesco, cuando no indignante. El detonante ha sido la publicación de que Bankia facilitará la devolución del bonus ofreciendo plazos cómodos, créditos blandos y demás.
Sin entrar en el agravio que puedan sentir quienes no cuentan con esas facilidades para hacer frente a sus pagos, no deja de ser increible que personas con ese sueldo no sean capaces de pagar 90.000 euros de un golpe, menudos ejemplos de ahorradores para sus clientes.
Hay quien me comenta que seguramente invirtieron todo el bonus en preferentes y en acciones de Bankia, y que ahora no pueden venderlas. Menos mal que la ironía le delata y su buen juicio permanece inalterado, porque creo que nada más lejos de la realidad, más bien todo lo contrario.
En fin veremos cómo acaba este asunto, porque seguro que dará de qué hablar, e imagino que no bien precisamente.
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