Si esta misma semana conocíamos el final de la andadura bursátil de un banco tan emblemático como Banesto, ayer sucedía algo similar con Metrovacesa, la enseña de las inmobiliarias cotizadas, y claro exponente de lo acontecido en su sector en la última década.
Tras pasar de la gloria bursátil a finalizar en manos de la banca acreedora en menos de 2 años, ahora va a ser excluida de Bolsa a 2.28 euros,lo que supone una generosa prima sobre la cotización de ayer, pero apenas un 2% de su valor máximo histórico. Este movimiento está contagiando al resto de inmobiliarias cotizadas, en la creencia de que similares movimientos podrían repetirse en el futuro. Lo que está claro es que pueden suponer fuertes plusvalías para los que compraron a última hora pero también el adiós definitivo a la esperanza de futuro para quienes arrastran fuertes pérdidas.
Por lo demás los índices de mantienen cerca de los máximos de ayer a pesar de la vuelta a la baja de los mercados USA, decepcionados por la falta de acuerdo fiscal entre demócratas y republicanos.
Hoy estaremos pendientes de la reunión del consejo de FCC ya que debe decidir si cambia o no su política de dividendo ante la marcha de la empresa. Ayer Acerinos hizo lo propio y la cotización lo pagó bajando más del 3%.
En otro orden de cosas, la prima de riesgo sigue estable por debajo de los 400 puntos, el euro por encima del 1.32 contra el dólar, y los inversores y yo mismo empezamos a pensar más en la lotería del sábado que en los mercados. Porque lo del fin del mundo como que no.
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