lunes, 14 de enero de 2013

A vueltas con las necesidades de capital de la banca (I)

De nuevo las necesidades de capital de la banca vuelven a la palestra, y lo hacen por partida doble, por un lado las nuevas directrices sobre remuneración de depósitos realizada por el Banco de España, y por otro lado el controvertido informe al respecto publicado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo).

El primer asunto es realmente polémico. Por lo que sabemos, el Banco de España ha "recomendado" tipos máximos de remuneración para las operaciones de pasivo de la banca nacional (Depósitos a plazo, pagarés...), so pena de aumentar del 9% hasta el 10,25% los requisitos de capital que exige Basilea.

Les ha faltado tiempo a los bancos patrios para poner en práctica dicha medida, y no me extraña, toda vez que se evitan guerras comerciales entre sí, aumentan el margen de intereses, o sea los beneficios, fortalecen sus ratios... Todo de manual. ¿Y quién paga la cuenta? El de siempre, el ahorrador, que pierde una importante vía de remuneración, ofrecida no por caridad, sino porque los mercados mayoristas exigían unos intereses mucho mayores que ese 4% que parecía una bicoca. Por ejemplo, el super depósito del Popular daba el 4,5% y en verano los bonos sénior del mismo banco a plazo similar pasaban del 7%. Vamos, que pagaban porque no tenían más remedio.


La parte negativa del escenario anterior, y única justificación de justificar el nuevo esquema, es que la carestía del pasivo encarecía las operaciones de préstamo, pero dudo mucho que a pesar de que el depósito a año se quede en el 1.75%, los préstamos vayan a reactivarse a mejores condiciones. Mucho me temo que sólo servirá para engordar la cuenta de resultados.  Claro que no veo tampoco justo que a un particular se le limite la rentabilidad de a 2 años al 2,5% y los bonos a ese plazo recién emitidos ronden el 4% para los inversores institucionales, tal y como sucede con el Banco Popular. No es que le tenga manía, es que es el ejemplo perfecto de lo que ha pasado en nuestro sistema financiero. De nuevo un agravio comparativo claro, porque estas emisiones de bonos tienen un nominal de 50.000 ó 100.000 euros por bono, y esto deja fuera a muchos ahorradores.

Otra posible consecuencia es que baje la prima de riesgo de España al derivarse inversión en depósitos y pagarés hacia la deuda pública, y a mayor demanda menor tipo y menor prima. Si esto pasa la jugada sería maestra y de un plumazo nos evitaríamos el rescate europeo, seríamos rescatados por nuestros propios ahorradores, genial.

En la próxima entrada comentaré el informe de la OCDE sobre las necesidades de capital de la banca europea.

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